Ser una Persona Altamente Sensible (PAS) es una experiencia única y a menudo malentendida. Navegar por un mundo que puede parecer abrumador e intenso puede ser desafiante, especialmente cuando otros no pueden comprender tu sensibilidad.
Tal vez te has preguntado por qué las emociones y los estímulos externos te afectan de manera tan profunda.
¿Por qué pareces sentir y percibir las cosas de manera más intensa que los demás?
¿Es normal sentirse tan afectado por los sonidos fuertes, la luz brillante o los ambientes caóticos?
Ser una PAS puede ser confuso, pero también maravilloso y profundamente enriquecedor.
Inspirada por mi propia experiencia como PAS, he compilado 7 frases que ayudan a explicar esta vivencia tan especial. Mi objetivo es ayudarte a entender mejor tu sensibilidad y darte herramientas para explicar a otros cómo te sientes.
¿Listo para un viaje de autoconocimiento y aceptación?
Te prometo que será revelador.
1. No es que sea demasiado sensible, es que siento el mundo a un volumen más alto
Esta frase describe a la perfección la vivencia de un PAS. No es que seamos demasiado sensibles o que estemos reaccionando en exceso. Sencillamente, nuestros sentidos y emociones están sintonizados a una frecuencia más alta.
Percibimos los detalles más sutiles, captamos las emociones de los demás con facilidad y nos vemos profundamente afectados por la belleza y la tristeza del mundo.
Podemos sentirnos abrumados por el ruido excesivo, las luces brillantes o las multitudes, pero también somos capaces de apreciar la belleza y la alegría en niveles que otros podrían no percibir.
La vida para nosotros puede ser intensa, pero también increíblemente rica y gratificante.
2. Mi sensibilidad no es una debilidad, es mi mayor fortaleza
A menudo, en una sociedad que valora la dureza y la resistencia, ser una PAS puede ser interpretado como una debilidad.
¿Por qué te afectan tanto las cosas?
¿Por qué no puedes simplemente ignorarlo y seguir adelante?
Pero lo que a menudo se pasa por alto es el increíble valor de nuestra sensibilidad. Somos personas profundamente empáticas, capaces de comprender y conectar con los demás a un nivel muy profundo.
Tenemos una intuición fuerte y un sentido innato de la justicia. Y aunque podemos sentir el dolor y la crueldad del mundo de manera más intensa, también somos capaces de vivir su belleza y bondad con una profundidad que a muchos les gustaría experimentar.
Lejos de ser una debilidad, nuestra sensibilidad es en realidad nuestra mayor fortaleza.
3. No soy tímido ni introvertido, simplemente proceso la información de manera más profunda
Un error común es confundir a las PAS con personas tímidas o introvertidas. Si bien es cierto que muchos de nosotros preferimos ambientes tranquilos y evitamos las multitudes, no se trata de timidez o introversión.
Como PAS, procesamos la información de manera más profunda. Esto significa que nos tomamos nuestro tiempo para reflexionar, analizar y comprender nuestro entorno y nuestras experiencias. Puede que necesitemos momentos de soledad para procesar estas vivencias, pero eso no nos hace menos capaces de socializar o interactuar con los demás.
Simplemente, valoramos la calidad sobre la cantidad en nuestras interacciones y preferimos las conversaciones profundas y significativas a las charlas superficiales.
4. Sentir las emociones de los demás no es un superpoder ficticio, es mi realidad cotidiana
Es posible que hayas visto películas o leído libros donde los personajes tienen la habilidad de sentir las emociones de los demás.
Para una PAS, esto no es ciencia ficción, es una realidad cotidiana. En realidad, la empatía es una capacidad humana universal, pero las PAS la experimentan a un nivel mucho más profundo y a menudo pueden sentir las emociones de los demás como si fueran propias.
Esta sensibilidad emocional nos permite conectarnos con los demás de una manera más profunda, pero también puede ser agotadora si no aprendemos a manejarla adecuadamente.
5. A veces el mundo duele, y duele mucho
Ser una PAS no siempre es fácil. A veces, la intensidad con la que sentimos puede ser abrumadora. El ruido de la ciudad, las luces brillantes, el caos de una multitud… puede ser demasiado.
Y no se trata solo de estímulos físicos…
Las emociones fuertes, ya sean propias o ajenas, pueden hacer que nos sintamos agotados o incluso doloridos. Estamos más expuestos a sufrir de estrés, ansiedad y depresión.
Sí, la sensibilidad puede ser un regalo maravilloso, pero también es un desafío constante. Es importante recordar que está bien no estar bien a veces. No tienes que ser fuerte todo el tiempo. Y está bien pedir ayuda cuando la necesitas.
6. ¿Estás realmente cuidando de ti mismo o simplemente te estás adaptando a un mundo que te resulta abrumador?
A menudo, las PAS nos encontramos adaptándonos a un mundo que no está diseñado para nosotros. Aprender a funcionar en ambientes ruidosos, caóticos o emocionalmente intensos puede parecer una necesidad para sobrevivir.
Pero, ¿realmente estás cuidando de ti mismo o simplemente estás intentando encajar?
Como PAS, es crucial aprender a establecer límites y a cuidar de tus necesidades emocionales y físicas. Esto puede implicar decir no a ciertas situaciones o personas que te resultan demasiado agobiantes, buscar momentos de soledad y tranquilidad para recargar tus energías, o practicar técnicas de relajación y meditación para ayudarte a manejar el estrés.
Recuerda, no estás obligado a adaptarte a un mundo que te resulta abrumador. Tienes derecho a cuidar de ti mismo y a crear un ambiente en el que puedas florecer.
7. La belleza en los detalles es mi refugio
Como PAS, siempre he encontrado consuelo en los detalles más pequeños. Un atardecer, el aroma de un libro nuevo, el sonido de la lluvia contra la ventana…
Cosas que para otros pueden pasar desapercibidas, pero que para mí son un verdadero refugio.
Esta capacidad para apreciar y deleitarse con los detalles es una de las cosas más maravillosas de ser PAS. Nos permite encontrar belleza y alegría en los lugares más insospechados. Y en momentos de estrés o abrumación, estos pequeños oasis de belleza pueden ser un bálsamo para nuestra sensibilidad.
Así que la próxima vez que te encuentres agobiado por la intensidad del mundo, trata de buscar esos pequeños detalles que te devuelvan la paz y la alegría. Te aseguro que están ahí, solo tienes que aprender a verlos.
Suscríbete para recibir más contenido como este por correo electrónico
Te enviaremos nuestros últimos artículos por correo electrónico. Puedes darte de baja fácilmente en cualquier momento.